Y le dije: -te voy a extrañar. Y él me contestó: -Cada vez menos!
Era un día de otoño. Las hojas de los árboles ya habían empezado a perder sus tonos verdes y a teñirse de colores pardos. Incluso algunas mostraban un color rojizo. El caluroso verano había quedado atrás y ahora llegaban los vientos fríos e intempestivos siempre acompañados de esa lluvia que no moja, pero cómo molesta. Los animales del bosque se refugiaban con las rayos y truenos de las tormentas que aún siendo esporádicas, eran más frecuentes de lo que uno quiere.
Habíamos caminado largo rato por el parque. Unos niños jugaban beisbol. Reían a carcajadas. Se gritaban unos a otros qué debían hacer y cómo debían hacerlo. Pero siempre es así cuando se observa de lejos. Es más fácil decir cómo hacer las cosas que hacerlas uno mismo.
Ah, trágica es la sentencia, sin duda alguna. Amerita pensar y comentar el punto.
When: principios de diciembre, una mañana fría de invierno.
Where:
Who:
What:
How:
Why:
Terminaba el otoño. Era una mañana fría de diciembre. Había llegado a Roma la noche antes. Con anhelos y esperanzas esta.
Yo le dije "Te voy a extrañar" y él me contestó "Cada vez menos!"
Hay veces en que el objeto de deseo se vuelve una idea fija en el pensamiento de un hombre o una mujer. Los defectos se desvanecen y las virtudes se exaltan. Inicia como una simple idea, luego ésta se desarrolla, se vuelve más elaborada y la realidad es entonces confusa. El deseo es inevitable. Se piensa en la persona, se le desea a su lado, en una palabra, se le idolatra. Es entonces cuando las más fantásticas historias se recrean en la mente. Esta es tan solo una de ellas…
martes, 8 de febrero de 2005
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